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Columna BBVA México

Iván Martínez U., Gerónimo Ugarte B., y Mariana A. Torán F., BBVA



Cae la captación bancaria tradicional

28/6/2021

El comportamiento de la captación bancaria tras la pandemia ha sido claro: el significativo crecimiento de la captación a la vista, particularmente de personas físicas, ha más que compensado el desplome de la captación a plazo. Dado que el alza de la captación a la vista se puede asociar a factores temporales y relacionados con las restricciones derivadas de la pandemia, la pregunta que subyace es: ¿En qué medida y a qué velocidad tanto hogares como empresas reducirán los saldos líquidos acumulados, dada la reducción de casos de covid-19 y el avance de la vacunación?

La captación durante el mes de abril provee de algunos indicios, aunque aún dista de dar señales claras de una respuesta que se irá develando poco a poco en los próximos meses. Más aún porque durante abril las tasas de crecimiento anuales estuvieron influidas por un efecto base de comparación desfavorable tras el relevante incremento de la captación de empresas y hogares al inicio de la pandemia.

En particular, en abril la captación tradicional (Vista+Plazo) registró un crecimiento anual nominal de -1.9% (-7.5% real) como resultado de un crecimiento de 7.1% anual nominal (1.0% real) de la captación a la vista y de una nueva caída de 15.9% nominal anual (-20.7% real) de la captación a plazo. Nuevamente, el segmento que tuvo un mayor crecimiento fue el de la captación a la vista de personas físicas, el cual creció 15.1% anual nominal (8.5% real), su décimo sexta tasa de crecimiento anual a doble dígito de manera consecutiva.

Esta es la primera vez que la captación tradicional registra una caída anual en términos nominales desde que se tiene registro (diciembre 2006) y, como se mencionó, está influida por la comparación con el mes de abril de 2020. En ese mes, la captación se incrementó 184 mil millones de pesos respecto al mes anterior, una cifra que elevó a la captación a su nivel máximo histórico, tras un incremento de 472 mil millones de pesos en marzo. Esto es, dada la preferencia por liquidez y las restricciones al consumo por la pandemia, entre marzo y abril de 2020 la captación tradicional creció 657 mil millones, lo que equivale a 1.9 veces el crecimiento anual promedio de la captación desde 2006. La comparación con estos niveles es claramente desfavorable.

Ante la distorsión de la comparación anual, es de utilidad recurrir al desempeño mensual de la captación para analizar su comportamiento, especialmente para buscar respuestas a la pregunta sobre un posible cambio en el comportamiento del ahorro de hogares y empresas.

¿La reducción mensual de la captación a la vista de personas físicas en abril señala el inicio en el gasto de los saldos acumulados tras la pandemia?

En abril, la tasa de crecimiento mensual nominal de la captación tradicional fue de -1.3% (-1.6% real), como resultado de una caída de 1.1% mensual nominal (-1.5% real) de la captación a la vista y de una caída de 1.6% nominal mensual (-1.9% real) de la captación a plazo. Este es la cuarta ocasión en los últimos doce meses que la captación a la vista registra una tasa de crecimiento mensual nominal negativa, mientras que la captación a plazo liga 12 meses consecutivos con crecimiento mensual en terreno negativo.

Al interior de la captación a la vista, el crecimiento mensual de la captación de personas físicas durante el mes de abril se ubicó en -0.53 en términos reales. Este crecimiento no es del todo usual, pues se ubica por debajo de la mediana de las tasas de crecimiento del mes de abril de los últimos 15 años. Por el contrario, el crecimiento de la captación a la vista de empresas en abril fue de 1.1% en términos reales, lo que lo ubica por encima de la mediana de las tasas de crecimiento de este mes de los últimos 15 años.

Una primera idea para tratar de explicar esta dinámica podría ser que los saldos acumulados durante la pandemia por parte de los consumidores han comenzado a gastarse. No obstante, los datos recientes son mixtos y apoyan solo parcialmente esta hipótesis. Al revisar los datos recientes de la captación destaca que una dinámica similar a la de abril se presentó tanto en agosto, como en noviembre de 2020. Estos meses estuvieron asociados a eventos particulares como el regreso a clases y el Buen Fin. En consecuencia, una hipótesis adicional puede ser que la dinámica del mes de abril pudo estar influida por el período vacacional de semana santa.

Entre los indicadores que podrían apoyar esta hipótesis se encuentran: Primero, los relacionados con la actividad económica en su conjunto. Durante el mes de abril, el sector servicios creció a una tasa 0.3% mensual en términos reales, sin embargo, el IGAE mostró una caída de 0.2% en términos reales con cifras desestacionalizadas. Por otro lado, de acuerdo con el Inegi, tanto las empresas comerciales al por mayor, como al por menor redujeron sus ingresos por suministro de bienes y servicios en 0.4% en términos reales.

Esto parece dar indicios de que hubo una reactivación de consumo de servicios de manera parcial, además de que su magnitud resulta baja para relacionarla con un gasto generalizado de saldos acumulados.

Segundo, los datos relacionados con la evolución de la pandemia. Si bien al mes de abril había ya una reducción en el número de pacientes con covid-19, buena parte del territorio nacional se mantenía con restricciones a la actividad. De hecho, no fue sino hasta el mes de mayo que, por ejemplo, la Ciudad de México pasó a semáforo amarillo. De esto se puede seguir que no es que las posibilidades de consumo se hayan abierto significativamente en abril, sino que el mayor consumo pudo darse sólo en el período y en ciertas zonas. Adicionalmente, el ritmo de vacunación al mes de abril aún era incipiente, pues al cierre del cuarto mes del año alrededor del 10.0% de la población en México tenía aplicada al menos una dosis, mientras que sólo alrededor del 6.0% contaba con el esquema completo de vacunación.

Si bien no se puede afirmar que estos datos sean del todo concluyentes, si pueden darnos un indicio de que al mes de abril no hay evidencia clara de que la caída de la captación a la vista de personas físicas esté asociada al gasto de los saldos acumulados durante la pandemia.

Es relevante tomar en cuenta, sin embargo, que durante los próximos meses podríamos ver un cambio en el comportamiento de la captación a la vista como resultado de dos tendencias encontradas.

Por un lado, a partir de mayo las restricciones asociadas a la pandemia comenzaron a relajarse de manera notable, por lo cual no se puede descartar que en los próximos meses comencemos a ver un mayor gasto de los consumidores, lo que va en detrimento de los saldos de los depósitos a la vista.

Por otro lado, en abril se registró la primera tasa de crecimiento anual positiva del empleo formal tras doce meses con tasas de crecimiento negativas, lo cual es un factor que abona al crecimiento de la captación a la vista y es previsible que continúe, ante el alza de las previsiones de crecimiento de la economía mexicana que rondan el 6.0% para este 2021.

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