6/6/2022
La
inflación en México supera el 7.9 por ciento. Estamos viendo inflación elevada
en la mayor parte de países del mundo yel Fondo Monetario Internacional (FMI)
pronostica que la inflación mundial será de 7.4% este año.
En el
caso de nuestro país, la elevada inflación no obedece a presiones de demanda
agregada (la recuperación económica ha sido lenta e incompleta) sino a choques
provenientes del exterior, en gran parte asociados a la pandemia, como los
cuellos de botella en la distribución de mercancías y a la respuesta que
algunas economías avanzadas implementaron en respuesta a ella, en particular
Estados Unidos que lanzó programas de ayudas fiscales que a la postre
resultaron excesivos.
Adicionalmente
a estos factores, la guerra derivada de la invasión rusa a Ucrania agravó de
forma importante el problema ya que ha significado aumentos significativos en
precios energéticos y de materias primas, en particular de alimentos y
fertilizantes, esto debido a que Rusia es un importante productor de petróleo y
gas, y a que ambos países en conflicto son de los principales productores de
granos del mundo. Se puede decir que experimentamos en buena medida una
inflación importada.
En
estas circunstancias es muy complicado hacer pronósticos para los niveles de
inflación ya que nadie sabe cuánto va a durar el conflicto en Ucrania y, por
tanto, cuánto tiempo pueden extenderse los altos precios en materias primas y
energéticos.
Pero, aún
en escenarios relativamente optimistas, la inflación en México será alta el
resto del año, oscilando alrededor de 7%. En BBVA estimamos que el año que
viene comenzará a bajar de forma importante para ubicarse por debajo de 4%.
La
elevada inflación es preocupante sobre todo porque afecta más a la población de
menores ingresos. En particular preocupa la muy elevada alza en los precios de
los alimentos, que en el primer dato de abril se ubicó en 12.2%, pues son las
familias de menores ingresos las que dedican un mayor porcentaje de su gasto a
estos productos.
Ante
estos problemas se han planteado diversas soluciones. Preocupa que se vuelva a
hablar de controles de precios como herramienta de política para contener la
inflación. Tanto la teoría económica como la evidencia empírica nos dicen que
los controles de precios resultan en situaciones de escasez de productos y en
la aparición de mercados negros que operan al margen de la legalidad.
Igualmente, introducir subsidios a una gran variedad de productos tampoco es
una buena idea ya que los subsidios generalizados -es decir, de los que se
pueden beneficiar todos los consumidores - suelen ser regresivos (beneficiando
menos a los que menos tienen).
Creo
que el problema se puede atacar con otras estrategias, reconociendo que la
política monetaria es relativamente ineficiente para reducir la inflación
cuando ésta se produce por choques externos de oferta como está sucediendo en
México.
Primero,
se deberían dar ayudas focalizadas a la población de menores ingresos que
ayuden a mitigar el efecto de los mayores precios alimenticios. Y también se
debería intentar reducir restricciones de oferta para así lograr la disminución
de algunos precios. Esto se puede hacer mejorando la logística de transporte,
eliminando regulaciones innecesarias y simplificando los procesos aduanales
para la importación de bienes.
Además,
se deberían bajar o eliminar aranceles en productos alimentarios y
fertilizantes para intentar disminuir su precio.
El
problema de la alta inflación es serio y afecta a los más pobres. Los controles
de precios lo agravarán.
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