1/8/2022
En el segundo trimestre la producción petrolera total de Pemex
(incluyendo la de socios y condensados) promedió 1.776 millones de barriles
diarios, cifra que resulta muy similar a la registrada en el trimestre previo
de 1.775 millones de barriles diarios. Después de que el país contribuyó al
acuerdo de la OPEP+ con un recorte de 100 mil barriles diarios en los meses de
mayo, junio y julio de 2020, es importante mencionar que la producción
petrolera continúa mostrando una tendencia creciente desde el tercer trimestre
de 2020. A pesar de la mayor producción de los 30 nuevos campos petroleros de
alrededor de 39 mil barriles diarios con respecto al trimestre previo, la producción
total se mantuvo prácticamente sin cambios por el declive en los
yacimientos maduros.
La producción petrolera de los nuevos desarrollos promedió alrededor de
369 mil barriles diarios en el segundo trimestre de 2022 vs. 330 mil barriles
diarios en el trimestre previo. Para alcanzar la meta de producción petrolera
de 1.830 millones de barriles diarios para 2022 bajo el supuesto de un declive
anual en la producción de los yacimientos maduros de 93 mil barriles diarios,
los nuevos campos tendrían que producir un promedio de alrededor de 428 mil
barriles diarios en el segundo semestre de 2022. Cifras de Pemex al 30 de junio
de 2022 señalan que la producción de estos nuevos desarrollos fue 399 mil
barriles diarios.
Para asimilar de mejor manera por qué la producción petrolera de Pemex
ha mostrado una tendencia creciente en los últimos siete trimestres, es
importante analizar la contribución que hacen los socios de Pemex y los
productos condensados. En relación al segundo trimestre de 2021, la producción
de hidrocarburos líquidos se incrementó en 18.0 mil barriles diarios al segundo
trimestre de 2022. Este aumento se explica por una variación de 1.3 mil, -1.7
mil y 18.3 mil barriles diarios en la producción de Pemex, socios y condensados,
respectivamente. Para llegar a la meta de producción resultará clave que
continúe el desarrollo de nuevos campos petroleros para que estos puedan
aportar 38 mil barriles adicionales de hidrocarburos líquidos por trimestre en
la segunda mitad de 2022.
Las ventas de exportación de Pemex mostraron un incremento anual de
88.5% en el segundo trimestre de 2022 debido principalmente al incremento
significativo en el precio de la mezcla mexicana de petróleo. Asimismo, el
volumen de petróleo exportado registró un aumento en relación al trimestre
previo. Por su parte, las ventas en México de Pemex aumentaron a una tasa anual
de 89.2% en el mismo lapso y continúan mostrando una tendencia creciente a
partir del segundo trimestre de 2020.
Las mayores ventas por exportación y nacionales
representaron conjuntamente un incremento de 88.6% en relación al segundo trimestre
de 2021. Las mayores ventas, el incremento en la reversa de deterioro y el
aumento de otros ingresos (derivados del reconocimiento del crédito fiscal del
Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios) apuntalaron el rendimiento neto
de 131.4 mil millones de pesos en el segundo trimestre de 2022. Este resultado
financiero se compara favorablemente con la utilidad neta de 14.4 mil millones
de pesos observada en el mismo lapso de 2021.
Valoración
Si bien se registró un incremento trimestral de
alrededor de 39 mil barriles diarios en la producción de los 30 nuevos campos
durante marzo-junio 2022, el casi nulo avance trimestral en la producción de
hidrocarburos líquidos confirma que continúa el fuerte declive natural en la
producción de los yacimientos maduros.
Otorgando el beneficio de la duda al asumir que la
producción de estos yacimientos no mostrará una caída anual mayor a 93 mil
barriles diarios, la meta de producción petrolera de 1.830 millones de barriles
diarios para 2022 podría alcanzarse con una aportación trimestral promedio de
428 mil barriles diarios de los nuevos campos durante el segundo semestre del
año.
Por su parte, el significativo incremento
proyectado en la producción petrolera para 2023-24 requerirá mayores montos de
inversión para exploración y producción.
Lo anterior podría ejercer presiones adicionales sobre
las finanzas públicas en un contexto de mayores inversiones para el Sistema
Nacional de Refinación y el menor crecimiento económico global previsto para
esta década.
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