24/4/2023
La
pandemia del covid-19 cambió la dinámica de consumo, ahorro y demanda de
crédito de las familias mexicanas. Las restricciones de movilidad, el cierre de
diversos sectores y la incertidumbre del panorama económico generaron cambios
repentinos en los patrones de gasto de las familias. Para los hogares que no
vieron afectadas sus fuentes de ingreso, se observó un aumento en la tasa de
ahorro, mientras que para otros hogares el crédito fue el mecanismo que
permitió mantener sus niveles de consumo ante las variaciones en su ingreso.
Conforme el ciclo económico avanzó hacia una etapa de recuperación y
reapertura, estas variables cambiaron su dinámica nuevamente.
Los
datos muestran que la tasa de ahorro (medida como el ahorro bruto entre el
ingreso disponible bruto) se mantuvo estable en los cinco años previos a la
contingencia promediando 19.3% (de cada $100 pesos de ingreso disponible por
hogar, se ahorraban $19.3). Al iniciar la contingencia sanitaria, podemos
observar un repunte en el indicador alcanzando máximos históricos del 36.7%
para el 2T20 y se mantuvo por encima de su tendencia pre pandemia hasta inicios
de 2022 (coincidente con la reapertura de actividades) para ubicarse en 14.1%
el 4T22.
En un
ejercicio de simulación realizado por BBVA Research en el informe “Situación
Regional Sectorial México 1S23”, se estima el ahorro excedente como la
diferencia entre el ahorro observado durante la contingencia y un escenario sin
Covid-19 creado con la tendencia entre 2015 y 2019. En promedio, la diferencia
entre el ahorro observado y la tendencia entre 2020 y 2021 es de 5.4%; es
decir, por cada 100 pesos de ingreso disponible, los hogares mexicanos
ahorraron 5.4 pesos más de lo que ahorraban antes de la pandemia.
En este
mismo informe, comprobamos que México experimentó los mismos patrones que
determinaron el aumento del ahorro de acuerdo con la evidencia internacional.
En primer lugar, identificamos un aumento de la preferencia por activos
líquidos (una medida de ahorro precautorio) a través de la captación bancaria a
la vista que tuvo una variación anual positiva de 7.19% en 2020 en términos reales,
mientras que la captación a plazo cae -5.4% en el mismo periodo. En segundo
lugar, identificamos un mayor ahorro involuntario (derivado de las
restricciones de movilidad y cierre de negocios) a través de indicadores de
movilidad en espacios de retail y el consumo con tarjetas en establecimientos
comerciales; ambos indicadores registrando sus caídas más fuertes para el 1T22 coincidente
con el incremento del ahorro.
En la
otra cara de la moneda, están el crédito al consumo y la carga financiera de
los hogares. El crédito respondió en sentido opuesto al ahorro en los primeros
años de la contingencia (2020 con -6.0% y 2021 con -8.0% en términos reales de
saldo). Al iniciar el periodo de reactivación económica, se agota este ahorro
excedente regresando a su tasa pre pandemia y se eleva la demanda de crédito
cerrando 2022 con una variación anual de 5.3% en términos reales, liderado principalmente
por tarjetas de crédito. En términos de la carga financiera medida como la
proporción del ingreso corriente que se destina para el pago de deudas (entre
las que se encuentran las deudas de préstamos y las asociadas con tarjetas de crédito)
aumentó considerablemente (+13.5%) entre 2018 y 2020 de acuerdo a datos de la
Enigh.
La
encuesta a publicarse con resultados de 2022 nos permitirá observar con mayor
detalle los efectos del covid-19 en la dinámica del ahorro en los hogares
mexicanos en el periodo post pandemia.
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