5/5/2023
El
documento de Pre-Criterios 2024 presentado ante el Congreso de la Unión
contiene varios elementos relativamente favorables (pero cuestionables) para
las estimaciones de las finanzas públicas de 2023 y 2024. Entre ellos, destacan
los siguientes: i) previsiones de intervalos para el crecimiento del PIB real
cuyos puntos medios son 2.6% y 2.3%, respectivamente; ii) un promedio diario de
producción de hidrocarburos líquidos de 1,877 y 1,914 miles de barriles de
petróleo; y iii) un déficit presupuestario de 3.7% y 2.7% del PIB.
Si bien
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ahora prevé que los ingresos
públicos totales estén 131 mil 537 millones de pesos por debajo de lo previsto
en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) 2023 debido a menores ingresos
petroleros y tributarios, las nuevas estimaciones están basadas en un
crecimiento del PIB real de 2.6% vs. 1.4% del consenso de analistas de la
encuesta de Citibanamex. Esta mayor previsión de crecimiento económico muy
probablemente esté sesgando al alza la recaudación tributaria en
aproximadamente 0.15 puntos porcentuales de PIB. Para 2024 no hay tanto sesgo
positivo ya que el diferencial entre el pronóstico oficial y el consenso de
analistas (de la misma encuesta) es de solamente 0.4 puntos porcentuales (2.3%
vs. 1.9%).
Al
tomar en cuenta que la producción de hidrocarburos líquidos de Pemex promedió
1,785 miles de barriles diarios en 2022 y que los privados pudieran incrementar
su producción en 30 mil barriles diarios en 2023, entonces Pemex tendría que
elevar la producción de estos hidrocarburos en 62 mil barriles diarios para
alcanzar la plataforma de producción de 1,877 miles de barriles diarios en
2023. Suponiendo que los campos maduros de Pemex registraran un declive de
alrededor de 140 mil barriles diarios en 2023 como el observado el año pasado,
los nuevos campos de la empresa productiva estatal tendrían que aumentar su
producción en 202 mil barriles diarios durante este año. Si bien Pemex produjo
un promedio de 1,870 miles de barriles diarios en enero y febrero, 46 mil de
los 53 mil barriles diarios adicionales (con respecto a la producción de diciembre)
son productos condensados, los cuales tienen una cotización típicamente menor
que el petróleo crudo.
De
ocurrir un crecimiento económico cercano a 1.4% en 2023, el déficit
presupuestario podría ser de hasta 3.9% del PIB en 2023 de no hacerse los
ajustes compensatorios al gasto programable. Por su parte, la reducción
prevista para el déficit presupuestario de 3.7% en 2023 a 2.7% del PIB en 2024
descansa predominantemente sobre una caída en el gasto programable de 0.8
puntos porcentuales de PIB y en una mayor recaudación tributaria de 0.5 puntos
porcentuales de PIB. Si bien la evolución prevista en el gasto programable iría
en línea con el menor gasto (anticipado para 2024) en los proyectos
prioritarios de infraestructura de la presente administración pública federal,
los mayores ingresos tributarios se apoyan primordialmente en los esfuerzos del
SAT para combatir la evasión y elusión fiscal.
Dado
que estos esfuerzos iniciaron en 2020 (contribuyendo con 2.2 puntos
porcentuales de PIB a la recaudación tributaria de ese año) y que en el margen
sus rendimientos sobre los ingresos tributarios son cada vez menores, no parece
muy probable que el déficit presupuestario se reduzca en un punto porcentual de
PIB el próximo año.
Después
de que la mayoría de los fondos públicos de contingencia han sido agotados por
el gobierno federal actual, es importante reconocer que las finanzas públicas
del país se encuentran en una situación de fragilidad.
Como
las presiones de ciertos rubros ineludibles del gasto público continuarán, la
siguiente administración pública federal estará muy presionada para crear y/o
aumentar impuestos.
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