3/7/
2023
El
nearshoring se ha convertido rápidamente en un tema de gran relevancia para
México, sobre todo desde que Estados Unidos explícitamente lo puso en la mesa
como un tema estratégico para diversificar geográficamente las cadenas
productivas y reducir la dependencia de China.
Aunado
a lo anterior, las empresas han visto al nearshoring
y friendshoring como una opción
estratégica para ser menos vulnerables ante disrupciones como el covid-19 y
conflictos geopolíticos como la guerra de Ucrania y Rusia; en este contexto,
México puede jugar un rol relevante y beneficiarse de este proceso.
Diferentes
análisis han señalado que México tiene ventajas para poder insertarse en este
proceso, como lo son el TMEC, cadenas productivas muy arraigadas como la
automotriz, la posición geográfica, entre otras; sin embargo, también se
reconoce que existe una falta de elementos que permitirían aprovechar de mejor
manera los beneficios del nearshoring,
como es la carencia de una política industrial, infraestructura necesaria y
adecuada, incertidumbre asociada a problemas de inconsistencia temporal,
etcétera.
A pesar
de ser múltiples los factores que se han identificado en la discusión, existe
un vacío prácticamente generalizado relativo al capital humano, que es un
elemento clave para poder materializar los beneficios de los procesos de
relocalización. Actualmente, se desconoce el grado de afectación que la
pandemia causó en la formación de capital humano y el rezago en aprendizajes y
capacidades de los egresados en todos los niveles educativos.
¿Qué se
sabe? Con respecto al estado actual de la educación no se tiene información
reciente; previo a la pandemia en la evaluación del Programme for International Student Assessment (PISA) de 2018,
México obtuvo 419 puntos en Ciencias, 70 menos con respecto a la media de la
OCDE ubicándose en el lugar 38 de 42 países; situación similar en el caso de
matemáticas en donde se obtuvieron 80 puntos menos respecto a la media.
Por
otro lado, de acuerdo con estadísticas de la SEP en 2019 la tasa de graduación
de la educación media superior fue de 66, muy por debajo de países como Chile
(90) o Corea (96) y las cifras a 2020 respecto al logro educativo muestran que
el porcentaje de adultos que lograron terminar educación media fue de 22%, 20pp
y 17pp menor respecto a Chile y Corea, respectivamente.
Por
otro lado, se debe reconocer que no estábamos preparados para un acontecimiento
de la magnitud del covid-19, de acuerdo con la ‘Encuesta para la Medición del
Impacto covid-19 en la Educación’, del Inegi, de la población de 3 a 29 años
inscrita en el ciclo escolar 2019–20 solo 25.4% contaba con computadora para
tomar clases en línea y la gran mayoría (65.7%) tomó clases en un celular.
En
cuanto a infraestructura para el ciclo 2021-22, solo 29.8% de las escuelas de
educación básica contaban con internet y 51.6% en media superior. Del total de
egresados a nivel superior en 2022, solo 27.5% fue de carreras STEM (Science, Technology, Engineering, Math)
apenas 0.5pp adicionales con respecto a 2017.
En
concreto, la formación de capital humano de por sí ya enfrentaba grandes retos
previos a la pandemia, y dado que no estábamos preparado para afrontar un
evento de esa magnitud, es probable que las condiciones se hayan agravado; en
este sentido, existen grandes retos para el sistema educativo, es por ello que
se requiere con carácter de urgente priorizar y fortalecer el sistema educativo
en el país. No puede haber nearshoring
en el mediano y largo plazo -en sectores de mayor generación de valor agregado-
sin inversión en capital humano.
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