21/7/2023
En
México sí se tiene el hábito de ahorrar, esta acción se aprende desde temprana
edad y aunque los medios son diversos, todos consisten en cambiar parte del
consumo actual para cumplir metas financieras en el futuro. Sin embargo, hace
falta una sólida cultura previsional que permita alcanzar las metas de largo
plazo como lo es el ahorro para el retiro.
De
acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), edición 2021,
seis de cada 10 personas realizaron alguna acción de ahorro, ya sea en alguna
cuenta o en otro tipo de medios llamados informales. De las personas que
ahorraron en una cuenta bancaria, 41.1% lo hicieron para atender emergencias o
imprevistos, mientras que únicamente el 2.5% lo hicieron para la vejez o
retiro.
Ante
tal desinterés por la previsión en esa etapa de la vida, dos factores resaltan;
por un lado, el monetario, en el que ante un ingreso limitado se prioriza el
ahorro a corto plazo para atender imprevistos y emergencias, gastos personales
o pago de servicios. Por otro lado, la falta de capacitación respecto a las
herramientas de inversión a largo plazo.
Referente
al segundo factor, la ENIF revela en su análisis más reciente que el 39.1% de
la población de 18 a 70 años tenía una cuenta para el retiro o Afore y en
contraparte 57.9% no tenía una cuenta de ahorro para el retiro. El porcentaje
que también llama la atención, es que hubo un 3% de adultos que respondió
desconocer si tiene cuenta para el retiro o Afore, porcentaje que representa a
más de 2.5 millones de personas.
En el
caso de las capacidades financieras en la población, si bien la encuesta
precisa que el 92.5% de los adultos en México comprende el concepto de interés
simple, este porcentaje se reduce a 36.3% al preguntar por el interés
compuesto. Entender este último término es indispensable para evaluar los
beneficios de una inversión de tan largo plazo, como lo es el retiro y con base
en ello hacer una adecuada proyección de ahorro durante la vida laboral.
Para
redondear el panorama, es necesario mencionar que el camino a la independencia
financiera en la vejez únicamente inicia con el acceso a una cuenta de ahorro
para el retiro. Es necesario abonar de manera adicional a las aportaciones
obligatorias para asegurar una renta acorde al estilo de vida. En la actualidad,
la ENIF detalla que, de aquellas personas con Afore, únicamente el 5.7% realizó
aportaciones voluntarias a su cuenta.
Las
razones más comunes para no realizar aportaciones extraordinarias hicieron
referencia a que “no queda dinero para ahorrar”, “no sabe qué es o no sabe cómo
hacerlo” y “trabaja por su cuenta”.
En este contexto,
vale la pena reflexionar sobre lo que depara el futuro y cómo poder asegurar un
retiro adecuado a las necesidades y deseos. Se debe recordar que contar con un
instrumento financiero para invertir los ahorros a largo plazo, es tan solo el
comienzo y se debe aprovechar la diversa oferta que existe en las instituciones
del sistema financiero para tener constante capacitación en estos temas.
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