4/4/2024
El fenómeno de la
relocalización de empresas ha generado en México 174 anuncios de inversión,
acumulando un total de 74 mil millones de dólares, según cifras oficiales, y los
primeros sectores en ser beneficiados serían automotriz, autopartes,
calentadores de agua, aires acondicionados, dispositivos médicos, maquinaria,
muebles y textiles.
Pese a lo anterior y a
haber demostrado tener las capacidades necesarias para recibir empresas
(infraestructura adecuada, conectividad, costos competitivos y mano de obra
calificada), nuestro país todavía debe trabajar en ciertas áreas de
oportunidad. Para que una empresa decida establecerse es necesario evaluar los
incentivos que los gobiernos de cada estado ofrezcan a organizaciones
interesadas en ubicarse en su territorio. Además, la decisión puede verse
influenciada por la localización de clústeres de una industria específica, por
operaciones de comercio internacional, costos logísticos, infraestructura en
servicios, entre otras razones de negocio.
En ocasiones, los gobiernos
estatales ofrecen incentivos basados en el monto de la inversión. Esto quiere
decir que, aunque existen beneficios generales predeterminados, el incentivo
puede variar dependiendo de la inversión y la ciudad seleccionada; algunos de
ellos pueden ser capacitación, impuesto predial, descuento en impuestos locales
por cierta cantidad de años, entre otros.
En síntesis, la oferta de
incentivos a la inversión extranjera directa (IED) juega un papel importante
para determinar qué tan conveniente es ubicarse en México y en determinado
estado, por lo que esta oferta debe mantenerse competitiva, no solo a nivel país,
sino en comparación con otros países de América Latina.
Por otro lado, para que
nuestro país pueda ser un buen destino para la relocalización no solo deben
considerarse incentivos competitivos, sino también características clave que
faciliten el desarrollo de las empresas.
Una de ellas es la
infraestructura; es necesario contar con parques y naves industriales
suficientes, pues muchos de los clientes podrían requerir que estos ya estén
listos para usarse. Esto implica proporcionar la infraestructura necesaria para
que el espacio pueda utilizarse desde el día uno, sin necesidad de invertir
tiempo y recursos para poder operar en él, lo cual es un factor clave que las
compañías consideran como valor agregado y que, por lo tanto, aumenta el valor
del destino. Cabe destacar que no solo se trata del terreno o edificio
preparado, sino de servicios básicos como electricidad, agua y gas natural,
accesos vigilados, etcétera.
Otro aspecto fundamental
apela a una de las mayores tendencias actuales: la energía limpia. Las empresas
globales están interesadas no solo en reducir su impacto ambiental, sino en el
uso de energía limpia, lo que obliga a la regulación del país destino a enfocar
e impulsar sus políticas energéticas para satisfacer esta demanda.
Adicionalmente, es
necesario contar con la conectividad necesaria entre puertos, carreteras y
estaciones ferroviarias para facilitar las operaciones de traslado de
mercancía, de importación y exportación, así como la cercanía con los
proveedores.
Lograr que los hubs industriales
cuenten con estos tres factores (espacios, energía y conectividad) será crucial
para que México se desarrolle como un destino de inversión rentable para el nearshoring.
Por su parte, las empresas
deben considerar factores adicionales que puedan generarles un impacto en su
operación, no solo en el día a día, sino en su estrategia a largo plazo.
Algunos de ellos son: disponibilidad de talento y mano de obra, costos, calidad
de vida y potenciales riesgos de negocio a futuro.
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