Al menos 24 productores de maíz son beneficiados por Granjas Carroll de México (GCM), con el proyecto de manejos sostenibles de la tierra en huertos frutícolas en comunidades de Puebla, con el objetivo de diversificar sus productos y opciones agrícolas productivas.
Entre sus siembras de maíz, Alejandro González, plantó árboles frutales de durazno y manzana que, a largo plazo, pueden darles un rendimiento económico de venta a sus familias.
A diferencia de los cultivos tradicionales como maíz, frijol y haba de la región, los de árboles frutales ofrecen alta rentabilidad en la cosecha y la venta para las familias.
El proyecto inició en 2018, Carroll donó más de mil árboles frutales de variedades como oro, diamante y azteca, en comunidades como San Antonio La Cuchulla, San Miguel Ocotenco, Santa Cruz La Capilla y Guadalupe Libertad, de los municipios de Aljojuca, Chalchocimula de Sesma (Ciudad Serdán), Tlachichuca y Guadalupe Victoria, en Puebla.
Adicionalmente la empresa brinda con agrónomos expertos asesoría y asistencia técnica, además de acompañamiento durante el ciclo de siembra y cosecha.
Se prevé que al quinto año de siembra, los árboles alcancen su máxima capacidad de producción que se prevé pueda ser de entre 13 y 16 toneladas por hectáreas de manzanas y duraznos.
De acuerdo a los asesores técnicos con un buen manejo sostenible de la tierra, los árboles podrían incrementar hasta en 15 por ciento su producción anual a bajo costo.
José Gallardo dijo que el año pasado sembró los árboles frutales y ya levantó su primera cosecha de durazno, independientemente del cultivo tradicional de maíz y frijol.
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