Al cierre del 2019 el campo
mexicano generó ingresos de exportaciones por más de 37 mil millones de dólares
(mdd), lo cual convierte al sector agroalimentario en un potente generador de
divisas;
sin embargo, es el sector más sacrificado en el presupuesto de 2021, al tiempo
que el gobierno anuló 17 programas de apoyo.
Según Alberto Jiménez Merino,
secretario ejecutivo del Consejo Técnico Nacional Consultivo de la
Confederación Nacional Campesina, es evidente que el sector agrícola genera más divisas que las obtenidas por remesas, venta de petróleo o turismo, con base en cifras del Servicio
de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIP),
Es evidente que su crecimiento no solo es eficaz para aliviar la pobreza rural, sino también la pobreza urbana. Así,
un aumento del 10 por ciento de la productividad agrícola está asociado a
aumentos de 9 a 10.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita.
Las actividades primarias ocupan el
92 por ciento del territorio nacional y el 77 del agua dulce disponible; es la
tercera fuente de ocupación y empleo de los mexicanos con el 13 por ciento de
la Población Económicamente Activa.
No obstante que la importancia del
campo mexicano parece evidente y del dominio de autoridades que prometieron
atender primero a los pobres, esta semana nos encontramos que el presupuesto
destinado al sector agroalimentario a través de la Secretaria de Agricultura y
Desarrollo Rural es de solo 49 mil millones que contrasta con los 82 mil
asignados en el 2018, dijo Jiménez Merino.
El campo es el gran sector
sacrificado del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2021, que no
contempla apoyos para seguro catastrófico, aun cuando los desastres naturales
van en aumento, proyectos de mujeres rurales, comercialización agropecuaria,
impulso a la ganadería, proyectos y necesidades regionales, capacitación y
asesoría técnica, financiamiento agropecuario y la eliminación de 17 programas
del PEF 2021.
Todo este desconocimiento sobre la
importancia del campo mexicano ha derivado en valoraciones negativas que lo han
mantenido en la marginalidad presupuestal, siempre entre las últimas
prioridades en los tres órdenes de gobierno, sobretodo porque las necesidades
de otros sectores como los servicios públicos, infraestructura, seguridad
pública y obras emblemáticas, demandan grandes cantidades de recursos.
Los principales problemas del campo
son el tamaño reducido de parcelas, el incipiente desarrollo organizacional, la
dependencia de lluvias en el 80 por ciento de la superficie agrícola, la
avanzada edad de los campesinos y su reducida escolaridad, altos costos de
insumos que derivan en altos costos de producción, problemas de aguas
residuales y basura que afecta a las unidades productivas, falta de paquetes
tecnológicos, bajos rendimientos, aplicación de insumos de más y trabajo
innecesario, deterioro y contaminación del suelo y agua.
Asimismo, las principales
necesidades de los productores son la dotación de servicios técnicos de
calidad, capacitación, acompañamiento y asistencia técnica. Requieren de
maquinaria, equipamiento, tecnología y financiamiento. Solo la falta de
asistencia técnica provoca la pérdida anual de mil pesos por hectárea en
insumos de más y trabajo innecesario, uno 20 mil millones de pesos a nivel
nacional
Ahora el poder ejecutivo y el poder
legislativo no pudieron apoyar a este importante sector de la economía
nacional. Más bien no quisieron, tal vez porque lo consideran rico o corrupto
para no cambiar el discurso sexenal, concluyó el dirigente cenecista.
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