11/1/2021
Hipólito
Contreras
El Barrio
de la Luz en la ciudad de Puebla durante muchos años se ha caracterizado por su
artesanía de barro, que se ha llevado al resto del país y al mundo. Manos maestras,
manos mágicas, que trabajan el barro igual como lo hacían las viejas culturas
mesoamericanas. Hoy en pleno siglo XXI, esta vieja actividad está muriendo.
En las
avenidas Juan de Palafox y Mendoza y la 2 oriente, entre el bulevar 5 de mayo y
la 14 sur, se ubican los talleres y puestos de alfareros. Aún se ven los
jarros, las cazuelas, los candelabros y otras piezas de barro elaboradas por
artesanos poblanos; sin embargo, cada vez son menos, se trata de un grupo muy
reducido, quizás, el último grupo de alfareros de la ciudad de Puebla.
Los
alfareros del Barrio de la Luz están abandonados a su suerte, no ha habido
nadie en los gobiernos municipales y estatales que mire hacia ellos, que los
apoye y rescate esta actividad que por muchos años se ha hecho.
Arturo
López Cano, presidente de los alfareros de La Luz, afirmo con orgullo: “Somos
la quinta generación de artesanos del barro; somos, posiblemente, los últimos
en Puebla por el nulo apoyo de las autoridades”.
Frente a
don Arturo está el enorme horno de leña donde se ponen a cocer las piezas, el
calor es enorme a unos cuantos metros.
Desde los
cinco años soy artesano -dice-. Soy la quinta generación, sólo aquí llevamos
200 años de trabajar el barro; mis hijos serán la sexta generación cuando yo ya
no esté.
“Cada vez
somos menos los artesanos, muchos ya murieron, otros se dedican a otras cosas.
Ya no hay espacios para seguir laborando; la mayoría se ha retirado, sólo
quedamos nosotros que somos una sociedad y una familia. Este es el único taller
que sigue funcionando, hay otros hornos en el barrio, pero ya no funcionan, ya
los alfareros antiguos se han muerto.
En la ciudad
de Puebla sólo queda este taller de alfarería, hay más, pero, en el vecino municipio
de Amozoc donde los artesanos enfrentan los mismos problemas.
Afirmó
que en parte la alfarería fue dañada por los nuevos productos como el peltre y
el aluminio, los que han ido sustituyendo al barro.
El
covid afectó al barro
Por la
pandemia, comentó, bajaron las ventas hasta en un cincuenta por ciento. En los
pueblos ya no hacen fiestas, esto ha bajado, por ejemplo. la venta de cazuelas.
“Sin embargo, seguimos para irla pasando, a nosotros nos conocen por las
cazuelas del Barrio de la Luz”.
Señaló
que todavía hace uso doce años había más producción, hoy la actividad ha
bajado, nos trabajan por ratos y se van a otros trabajos, no hay nada de ventas.
Toda la producción la tenemos parada, solo sacamos algunas piezas para irla
pasando.
“Le
pedimos apoyo económico a la presidenta municipal Claudia Rivera, pero nos dijo
que no. Mejor apoyaron a los comerciantes del callejón del Variedades que no
son artesanos, se dedican a la ropa. Nos piden muchos requisitos para tener
accesos a un crédito”, dijo.
Altos costos de producción
A veces,
dijo, salen a vender unas cazuelas, las cambian por otras cosas, hasta por
tortillas. “Los materiales o insumos siguen subiendo de precio, por ejemplo,
para dar brillo usamos la grieta, la leña es cara, por tarima cuesta 20 pesos,
producir es caro, pero no vendemos”.
“Yo
trabajo esto desde los cinco años, tengo 64, aprendimos a ‘patadones’ de los
padres, yo enseñé a mis hijos, pero ya no quieren seguir con la tradición”,
manifestó.
Este
oficio desaparece poco a poco por falta de interés de las autoridades. “Muchas
veces nos hemos acercado a ellas, cuando andan en campaña prometen, pero a la
mera hora, cuando los buscamos ni nos conocen, ya ni nos acercamos porque ya
sabemos que puras promesas”.
Arturo López
Cano dijo que el taller donde labora fue expropiado para beneficiar a los
alfareros del barrio de La Luz, “queremos que se haga lo que se tenía pensado,
un taller escuela y un corredor artesanal, las autoridades vienen y van, pero
nada hacen. La actual presidenta municipal (Claudia Rivera) nos visitó, nos
dijo que ya va de salida y que ahí lo deja al siguiente”.
“Nosotros
seguimos con nuestro propio esfuerzo, Me encanta mi trabajo, pero en estas
circunstancias los hijos ya se están yendo, buscándole por otros lados. Ya
quedamos muy pocos, somo quince padres de familia los que integramos la
sociedad”.
Recuerda
don Arturo que hace unos treinta años había quince hornos en el barrio; “hoy
somos los únicos que quedamos, creo que en unos tres o cuatro años este taller
también va a desaparecer, es una lástima porque somos una tradición de más de
200 años”
Un
corredor artesanal sería atractivo turístico
Destacó
que si las autoridades apoyaran en el barrio de La Luz se podría crear un
corredor artesanal lo que sería un atractivo turístico.
“Sólo a nosotros
nos han visitado más de diez mil personas en diferentes años; a la gente le
gusta mucho ver cómo trabajamos, y a nosotros nos gusta mostrar lo que hacemos.
Reiteró
que un corredor artesanal sería muy bueno porque llegaría mucha gente, mucho
más que en El Parián, el corredor estaría integrado por talleres, exhibición y
venta, información de cómo se elaboran las piezas.
La
alfarería, dijo, aún existe en Puebla San Miguel Tenextatilollan, y en otros
estados como Tlaxcala, en Cuautla Morelos hay otros talleres.
“Nosotros
seguimos hasta el final hasta que haya alguna autoridad se llega a compadecer
de nosotros”, expresó.
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