La generación
de biocombustibles vista como una salida al problema de contaminación por ser energías
limpias, al tiempo que resultaría benéfico para el agro; sin embargo, hay
posiciones encontradas al respecto por destinar granos básicos para energía en
lugar del consumo humano, y el gobierno federal tampoco parece interesado en
impulsar esta tecnología.
El agrónomo
Alberto Jiménez Merino, impulsor de los biocombustibles en el sur del estado de
Puebla, afirmó que a nivel nacional y mundial es urgente generara energías
limpias para contrarrestar el calentamiento global por el uso muy prolongado
del petróleo; pero existe poco interés por impulsar este tipo de energía.
En México,
expresó, está estancado el desarrollo de biocombustibles debido a que el
gobierno federal no muestra interés en ello. Hoy hay un retroceso en este tipo
de energías debido a que se ha privilegiado el seguir consumiendo combustibles
fósiles, esto se ejemplifica mejor con la construcción de la refinería Dos
Bocas, en Tabasco, lo cual es una limitante para el desarrollo de
biocombustibles.
Sin embargo, en
México Pemex controla el monopolio de energía, junto con la Comisión Federal de
Electricidad, ello ha limitado que el desarrollo y uso de energías limpias.
Los
biocombustibles son ya una necesidad ante el calentamiento global que
enfrentamos en el mundo y que pueden llevar a una elevación mayor de
temperaturas en los próximos años., hay que sustituir ya los combustibles
fósiles, dijo Jiménez Merino, responsable del Centro de Innovaciones
Agroalimentarias y Tecnológicas en Tehuitzingo, Puebla.
Por su parte, el
investigador Luis Gil Rojas, quien ya trabaja en el proyecto en la mixteca
poblana, afirmó que, si bien en México hay avances en las investigaciones sobre
la producción de biocombustibles, principalmente en el sector privado, aún no
se produce a nivel comercial.
En el sector
privado se invierte algo en la investigación sobre biocombustibles a partir del
maíz e higuerilla, pero no es a nivel comercial, ya que para a ello se requeriría
de unos 400 millones de pesos, solo en Puebla.
Destacó que el
objetivo es producir un biocombustible de alto rendimiento en los automotores,
de 20 a 27 kilómetros por litro, mucho más alto que la gasolina y menos
contaminante.
Los trabajos de
investigación se realizan en la Ciudad de México a través del laboratorio
Jessica, y las pruebas se hacen el estado de Puebla.
Indicó que
además del maíz y la higuerilla se trabaja con el carrizo, planta que también
tiene propiedades, “seguimos trabajando y todo lo que se logre los haremos
público”.
Desplazaría
granos para alimentos
Por su parte, el
investigador poblano Fabián Baltasar Nieto advirtió que para la producción de
biocombustible se desplazaría la producción de granos para la alimentación, lo que
sería perjudicial para el país.
Debe valorarse
tanto la producción de alimentos como la de biocombustibles, pues estos se
pueden lograr a partir del maíz, caña, jatrofa o piñón, higuerilla, entre otras
plantas, que sí son más limpios que las gasolinas, menos contaminantes.
Baltasar Nieto dijo
que se resuelve un problema con los biocombustibles, pero se crean otros; ya
que habrá que destinar tierras exclusivamente para cultivar granos para los
primeros y no para la alimentación; “quitar superficie a los alimentos para
pasarla a los biocombustibles no es lógico”.
Precisó que si
la producción de combustibles se deja al sector privado será más de lo mismo;
los beneficios se van a quedar en ese sector, los pequeños productores no van a
tener la capacidad para abastecer el mercado.
En el norte del
país hay grandes superficies, pero están sembradas de granos básicos, sobre
todo de maíz y sorgo, cultivos que no pueden ser sustituidos por jatrofa o
higuerilla.
Finalmente, indicó
que se requiere una política de planeación agrícola, el gobierno mexicano no
tiene esa visión; los biocombustibles pueden ser buena opción, pero hay que ver
cuáles su viabilidad para que todos se beneficien y no se siga deteriorando el
ambiente.
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